El Departamento del Meta es uno de los 32 departamentos de Colombia, localizado en la región central del país, cuyo territorio se extiende desde el denominado Piedemonte llanero hasta los Llanos Orientales. La capital es la ciudad de Villavicencio, el principal centro urbano de la Orinoquía Colombiana y a tan sólo 89,9 kilómetros al sur de la Bogotá,
la capital del país. El departamento es uno de los más extensos de
Colombia, con un área de 85.770 km² que equivalen al 7,5% del territorio
nacional y posee una gran riqueza hídrica debido a las numerosas
afluentes del río Orinoco que cruzan el departamento y que nacen en la Cordillera Oriental.
Si bien el departamento forma parte de las llanuras orientales de
Colombia, cuenta con áreas montañosas andinas entre las cuales se
destaca uno de los parques naturales más célebres del país conocido como
la Serranía de la Macarena. La centralidad geográfica de su territorio en el contexto nacional está marcada por la presencia del municipio de Puerto López, conocido como el Ombligo de Colombia. El Meta es un departamento de economía ganadera y agrícola cuya cultura
local gira en torno a la hacienda y la vaquería. Entre los principales
eventos se destacan las Cuadrillas de San Martín y el Mundial del Coleo.
El departamento ha sido por tradición un receptor de inmigrantes de
otras regiones del país, factor que ha enriquecido su identidad
cultural.
El territorio del departamento del Meta fue conquistado por los
españoles. Los primeros conquistadores que transitaron por el
departamento del Meta fueron Diego de Ordaz y Alonso de Herrera;
posteriormente lo hicieron Jorge de Espira,
Nicolás de Federman, Hernán Pérez de Quesada, Juan de Avellaneda,
Gonzalo Jiménez de Quesada y Antonio Berrío. Según los historiadores, Diego de Ordaz descubrió el Meta hacia 1531, a finales de 1539 el capitán Alfonso de Heredia se internó en los Llanos Orientales al mando de una expedición que llegó a las bocas de un inmenso río que llamó Meta y cuyo nombre tomó varios siglos más tarde la Intendencia Nacional.[3]
La leyenda de El Dorado
motivó que varias expediciones europeas llegaran al territorio metense
en busca de riquezas, entre los exploradores podemos citar a Felipe Urre, Gonzalo Jiménez de Quesada, Georg von Speyer, Hernán Pérez de Quesada, Nikolaus von Federmann y Juan de Avellaneda. Durante el camino se encontraron con muchos pueblos indígenas.
Durante la Colonia,
muchos de estos indígenas pasaron a formar parte de las reducciones
indígenas alrededor de las cuales se establecieron parroquias y villas. Misioneros Jesuitas en primera instancia, seguidos de Agustinos y otras órdenes religiosas, se integran a las comunidades, estudian sus lenguas y costumbres, adoctrinan a los indígenas en la Fe Católica
y les enseñan nuevas técnicas de tejido en telar, talla en madera, y a
interpretar instrumentos musicales europeos entre ellos, el arpa que más adelante pasará a conformar el conjunto de instrumentos propios del folclore musical llanero.
Además de las misiones, ya para 1544 se había consolidado un sistema de encomiendas siendo la primera la de Pedro Rodríguez de Salamanca heredada a raíz de su muerte a manos del Adelantado Don Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá. Algunas tribus como los Guahibos y Sálivas
han logrado subsistir hasta nuestros días y se localizan principalmente
en el extremo oriental y en algunos sectores sobre las márgenes del río Meta, donde tienen hoy su propia jurisdicción.